El mundo de las bicicletas clásicas es muy peculiar. Está plagado de bikers entusiastas y entregados al coleccionismo de modelos que sirvieron para forjar la actual identidad del mountain bike. Si algo ha cambiado radicalmente en el BTT es el material que se emplea, lo que hace que, mirar a la bicicletas del pasado, sea un viaje en el tiempo hacia el origen de este deporte que a día de hoy es un deporte de masas.

 

Con en otras aficiones coleccionistas, encontrar el material más raro y en mejor condición es el objetivo principal. Muchos de los bikers que empezaron montando sobre bicis de acero, ruedas de 26” o frenos cantilever guardan sus bicicletas de la época como un tesoro. Internet ha ayudado a expandir la fiebre de las bicis clásicas y cada vez hay más gente enganchada, con un considerable mercado de modelos retro o vintage muy activo.

 

Desde la primera edición la Sea Otter Europe apostó por convertirse en un punto de reunión para este tipo de bicis tan peculiares. Lo que nació como una iniciativa curiosa se ha convertido en una referencia mundial. Y en un espectáculo único. 50 bikers se enfundaron en ropa ciclista de los 90 y pedaleaban sobre el circuito de XC de la Super Cup Massi a lomos de modelos de más de 25 años.

 

Por la parrilla de salida, como si de un desfile de moda se tratase, pudimos ver a los bikers y sus bicicletas con sus mejores galas de época. Las emblemáticas Klein Atittude fueron uno de los modelos más presentes y llamativos. No obstante, son una de las referencias en cuanto a bicis clásicas. Su espectacular decoración o conceptos como la potencia y manillar unidos (que ahora vuelve a estar de moda) las convierten un todo un objeto de deseo.

 

También pudimos ver modelos de cuando el carbono empezaba a hacerse un hueco en el mercado, como la Scott Endorphin que pilotó Jose Antonio Hermida en sus inicios. Abundaron los modelos con vainas elevadas, como las Alpinestars de la época, y también vimos las famosas y llamativas ruedas de palos de carbono, con Spinergy como el modelo más famoso y alguna que otra Spin. Otro concepto que se ha rescatado y vuelve a verse, evolucionado, en la actualidad.

 

Titanio, aluminio, acero, carbono… eran tiempos de pruebas y evolución y había modelos de todo tipo. Eso sí, lo que no cambiaba era el tamaño de las ruedas de 26”. O el emplear estrechos neumáticos con cámaras a presiones imposibles hoy en día. No había otra forma de evitar los pinchazos. 3 platos y frenos de cantilever era lo más común, y a muchos nos costaría completar cualquier trialera de la actualidad con una de estas bicicletas y sus manillares de poco más de 50 centímetros.

 

La prueba fue una fiesta colorida con el imprescindible toque competitivo. Joan Llordella fue el más rápido en una jornada donde el colorido y el buen ambiente fue la nota dominante.

 

Pero no quedó ahí la apuesta de la Sea Otter Europe por las clásicas. Durante todos los días se pudo ver un completo museo con más de 20 modelos, excepcionalmente cuidados, que completaron la oferta del evento para este tipo de usuarios. Con ello, la Sea Otter Europe se ha convertido en un lugar de peregrinaje para los aficionados a las clásicas. Un evento en el que ver las últimas novedades del mercado y los modelos con los que nació el mountain bike.